La araña roja (Tetranychus urticae Koch) es una de las especies que más daños y pérdidas económicas provoca en la producción de hortalizas bajo cubierta en el mundo.
Su agresividad se debe a su corto ciclo de vida (9 a 14 días), alta capacidad de reproducción (100 – 120 huevecillos por hembra) y su rápido desarrollo de resistencia a acaricidas e insecticidas. Es una plaga que se encuentra ampliamente distribuida en zonas templadas, además se le asocia con más de 200 especies de plantas hospederas, entre las que destacan: hortalizas (tomate, pimiento, pepino), berries (fresa y arándano), café, rosa, entre otras.
Ciclo biológico: La araña roja es un ácaro con un ciclo de vida corto que consta de cinco fases de desarrollo. Su ciclo de vida comienza cuando las hembras depositan sus huevecillos en el envés de las hojas (oviposición). 2 a 4 días después eclosionan dando lugar a las larvas. Posteriormente las larvas pasan por dos estadios ninfales llamados protoninfa y deutoninfa y, finalmente pasa al estado adulto.
Desde el estado de huevo hasta la etapa reproductiva tarda aproximadamente de 9 a 14 días cuando la temperatura es de 25 °C, pero cuando las temperaturas se incrementan a 30 °C, su ciclo se acelera a tan solo 6 a 7 días. Las condiciones que afectan la población de la araña roja son: temperaturas menores a 12 °C y mayores a 40 °C, alta humedad relativa y presencia de depredadores.
Climatología
Las humedades relativas muy altas y muy bajas pueden ocasionar gran mortalidad de larvas y retrasar su desarrollo.
Para sobrevivir en climas muy secos, estos ácaros tetraníquidos forman colonias en las que tejen hilos de seda que pueden llegar a cubrir toda la planta, favoreciendo así la aparición de un microclima resultante de la retención de humedad producida por la transpiración de la planta. Este microclima le permite sobrevivir y desarrollarse en condiciones extremas para otros ácaros, con humedades relativas bajas.
Distribución
Los ataques suelen aparecer por focos, frecuentemente cerca de malas hierbas, especialmente de correhuelas y malvas que actúan de reservorios de la plaga.
En la planta se sitúa sobre todo en hojas jóvenes de los últimos brotes, pero en caso de fuertes ataques aparece sobre todo tipo de hojas, incluso en todas las partes de la planta.
Cuando la fuente nutritiva sobre la que se encuentra comienza a agotarse, se dispersa haciendo a través de los tejidos de seda que producen, en busca de otros huéspedes adecuados, o bien se refugian en lugares abrigados donde pueden entrar en diapausa. El viento y el transporte del material vegetal son también medios de dispersión para esta plaga.
Daños directos
Los daños directos que ocasionan son debidos al tipo de alimentación que realizan sobre las partes verdes de las plantas, producidas por los estiletes, y la reabsorción del contenido celular en la alimentación. Este daño va acompañado de una decoloración más o menos intensa de los tejidos.
Como primeros daños se observan punteos o manchas amarillentas en el haz de las hojas. Con mayores poblaciones se produce desecación e incluso defoliación. Los ataques son más graves en los primeros estadios fenológicos de la planta.