Plagas y enfermedades del cultivo de la frambuesa
La frambuesa pertenece a la familia Rosaceae y es un arbusto con tallo subterráneo, semileñoso, erecto y espinoso. El tallo cada año emite ramas aéreas conocidas como vástagos, las cuales se desarrollan durante el primer año y en el segundo año florecen, fructifican y mueren, siendo remplazados por nuevos vástagos. El fruto comestible es un agregado, es decir, está compuesto de la unión de drupelas (sin el receptáculo). Las cañas de la frambuesa se clasifican según su edad en primocañas y floricañas. Las primocañas son las cañas vegetativas y cuando entran a estado de floración son consideradas como floricañasl. El continuo aumento en la demanda incrementa la producción de este cultivo.
Requerimientos edafoclimáticos
Clima. Principalmente se adapta a climas templados con periodos de invierno definidos (5 a 20 °C), ya que mientras la temperatura alta influye en la fotosíntesis y el crecimiento, la temperatura baja está relacionada con el proceso de floración, el cual requiere de 700 a 1,200 horas de frio durante épocas de invierno.
Suelo.
Se recomiendan suelos profundos, fértiles y con buen drenaje, ya que es una planta muy sensible a la asfixia radicular. En este sentido se recomiendan los suelos de textura arenosa o franco-arenosa, suelos de pH ligeramente ácidos y con una conductividad eléctrica menor a 1.2 dS/m.
Plagas.
Uno de los mayores desafíos en el cultivo de la frambuesa es el manejo integrado plagas (MIP), un concepto simple en teoría pero complejo en ejecución (Macías, 2017), ya que abarca elementos como: prevención, monitoreo, nutrición adecuada del cultivo, prácticas culturales (rotación de cultivos, cultivos trampas, eliminación de malezas hospederas, etc.), control biológico y control químico. Actualmente gran número de plagas atacan distintas partes de la planta y disminuyen la cantidad y calidad de frutos. Entre las que más afectan a la frambuesa son: la araña roja o de dos puntos (Tetranychus urticae), la mosca del vinagre (Drosophila suzukii), trips (Frankliniella occidentalis, Thrips tabaci), cabritos (Aegorhinus spp), mosca blanca (Trialeurodes vaporariorum, Bemisia tabaci), entre otras. La gran mayoría de los productores de frambuesa optan por el control químico como método para mantener umbrales bajos de plagas, sin embargo, el control efectivo de las plagas solo es posible mediante el uso de una combinación de diferentes herramientas y técnicas disponibles basadas en un análisis de beneficios/costos y priorizando el menor impacto negativo posible sobre el ecosistema. Alternativas como el control biológico mediante el uso de depredadores naturales, parasitoides y hongos entomopatógenos tienen resultados prometedores para el control de plagas en diferentes cultivos comerciales. Enfermedades. Las enfermedades del cultivo de la frambuesa son variadas en cuanto al organismo que las provocan y al órgano que dañan, siendo las más importantes las que afectan al fruto y disminuyen su calidad organoléptica. Entre las más comunes están: roya (Pucciniastrum americanum), pudrición o moho gris (Botrytis cinerea), agallas de la corona (Agrobacterium tumefaciens), marchitez (Verticillum spp.), pudrición del cuello y raíces (Phytophthora spp.), oídio (Sphaeroteca macularis). Al igual que las plagas, el manejo integrado de enfermedades (MIE) es la estrategia más adecuada para combatir los organismos dañinos; el diagnóstico es el inicio de un buen manejo de la enfermedad, seguido del control cultural, control genético, control biológico y como último recurso el control químico. La selección de plantas sanas, el uso de variedades resistentes, las podas, la nutrición balanceada, el manejo del riego, entre otras, son prácticas comunes y cotidianas que pueden hacer la diferencia para disminuir la incidencia de enfermedades.
Malezas.
Las malezas o malas hierbas afectan al cultivo de una manera menos visible pero pueden generar mermas en el rendimiento hasta en un 28 %, ya que compiten directamente por nutrientes y agua con el cultivo, además son hospederas de insectos y patógenos. Las malezas se caracterizan por su reproducción temprana durante el ciclo biológico, gran producción de semillas, rápido crecimiento vegetativo, amplia dispersión, entre otras que hacen que su control sea crítico. Son 56 especies de malezas identificadas en berries en México, agrupadas en 23 familias, siendo las más representativas las gramíneas (Poaceae) y las compuestas (Asteraceae). El manejo de malezas mediante la integración del control cultural, mecánico, biológico y químico ofrece las herramientas para la manipulación de estas poblaciones de manera económica y sostenible. El manejo cultural de malezas en plantaciones de frambuesa incluye el uso de plántula certificada, adecuada distancia entre hileras y densidad de plantación, así como el acolchado.
El control mecánico se basa principalmente en las escardas, mientras que el control químico exige necesariamente conocer la ecología-biología de las malezas presentes en nuestros lotes, la clasificación de herbicidas por su mecanismo de acción, la resistencia de malezas a herbicidas y el equipo para la aplicación de herbicidas, cuyo objetivo principal es lograr aplicaciones eficientes. Cosecha y Postcosecha. La recolección se debe efectuar desprendiendo el conjunto de drupelas del receptáculo en las primeras horas del día para evitar altas temperaturas que puedan deshidratar el fruto, además tomar en cuenta la coloración del fruto para elegir el momento adecuado de cosecha. La frambuesa se debe cosechar madura o casi madura, ya que no sigue madurando después de la cosecha. Inmediatamente después de la cosecha se debe mantener en la sombra y nunca bajo el sol, y el proceso de enfriamiento y refrigeración se debe llevar a cabo lo más rápido posible, ya que un retraso de una hora en refrigeración puede significar una pérdida de un día de vida útil de la fruta. Cabe destacar que la frambuesa es una frutilla muy perecedera y se caracteriza por una vida muy corta (2 -5 días) después de la cosecha en condiciones óptimas de manejo
Fuentes: intagri.com