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Enfermedades de un viñedo

  Enfermedades de un viñedo Las plagas y enfermedades además de las heladas son uno de los causantes de las pérdidas que ocasionan en un viñedo. Los hongos pueden anidar en los restos de viejas raíces y dar lugar a infecciones y daños en las jóvenes estacas. En todos los viñedos están presentes también las virosis. El vehículo de transmisión de las virosis a las nuevas estacas lo constituyen las viejas raíces, que pueden permanecer en el terreno perfectamente vivas durante más de un año y una vez muertas dejan residuos dañinos durante bastantes años, especialmente los nematodos que parasitan las raíces. Los nematodos por sí solos ya representan un hecho negativo, porque atacan el aparato radicular de las plantas cuando todavía son jóvenes y poco desarrolladas. Mildiu Esta enfermedad se caracteriza por producir unas manchas de color verde pálido en el haz de las hojas y un moho pubescente en el envés. Las áreas afectadas se secan y se vuelven quebradizas y, como consecuencia, las hojas se encrespan y caen. Los granos enfermos se contraen y se tornan marrones y correosos. Las puntas de los sarmientos también pueden verse afectadas. PULGÓN Esta clase de pulgón forma colonias tanto en los brotes como en los racimos de uva. El hecho de que coexistan varios colores en dichos pulgones delata que conviven en distintos estados evolutivos, y no que haya diferentes especies conviviendo a la vez. Botritis Esta enfermedad también conocida por la podredumbre gris la genera el hongo Botritys Cinerea, y suele ser más letal en los racimos, a los cuales accede por grietas o heridas en las bayas. Se introduce dentro del grano y genera una capa gris alrededor de la uva, llegando a vaciar el contenido de la misma. Es muy letal porque condiciona de manera muy importante la calidad de los mostos. Fuente: infoagro.com

Producción de Durazno

  Producción de Durazno El consumo en fresco es el principal uso que tiene la fruta de durazno; no obstante, puede emplearse para la agroindustria en la elaboración de mermeladas, almíbares o bebidas. De igual manera, se utiliza como ingrediente en otros alimentos como ensalada, pasteles o postres. Además, contiene compuestos fitoquímicos que le confieren propiedades antioxidantes. Por otra parte, el árbol de durazno, aparte de producir fruta también es utilizado como componente de sistemas de producción intercalado como barrera rompe-vientos o para reducir la erosión de los terrenos. En México es, en muchos casos, un componente de los jardines o traspatios de las casas. El durazno es originario de la antigua China, lugar donde era conocido como un símbolo de inmortalidad y de donde se expandió al rededor del mundo en distintas regiones gracias a los viajes comerciales que practicaban los persas. Éste es considerado a nivel mundial como uno de los principales productos caducifolios (los cuales son plantas que pierden sus hojas en determinada época del año dependiendo de distintos factores), gracias a su consumo, rentabilidad, propiedades nutritivas y características de su cultivo. En los últimos años el consumo de durazno en México ha aumentado gracias a la oferta generada por esta fruta, con un aumento positivo de 4.7 por ciento debido a la variabilidad que presenta este producto, lo cual ayuda con la apertura de nuevos mercados tanto para exportación como para la importación de las distintas variedades que se encuentran en el país. En México se producen cerca de 60 variedades de durazno, las cuales se cultivan en poco más de 47 mil hectáreas divididas en siete estados, donde los principales son: Zacatecas, Michoacán, Puebla, Chihuahua y Estado de México, con una producción de 200 mil toneladas anuales. Es importante mencionar que su siembra ocupa cerca de cuatro millones de jornales al año. Fuentes: Hidroponia.mx Intagri.com

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