CULTIVO DE CEBOLLA
El origen primario de la cebolla se localiza en Asia central, y como centro secundario el Mediterráneo, pues se trata de una de las hortalizas de consumo más antigua. Las primeras referencias se remontan hacia 3.200 a.C. pues fue muy cultivada por los egipcios, griegos y romanos. Durante la Edad Media su cultivo se desarrolló en los países mediterráneos, donde se seleccionaron las variedades de bulbo grande, que dieron origen a las variedades modernas.
La cebolla es la segunda hortaliza más importante en el mundo, después del tomate, con cerca de 78 millones de toneladas producidas en el mundo, 1.3 de los cuales corresponden a México.
Siembra de cebolla
Siembra directa: Éste es uno de los métodos más usados. Aunque la cebolla es una planta típica de trasplante, se puede sembrar directamente en el suelo la semilla o los bulbillos. Normalmente se realiza a voleo y excepcionalmente a chorrillo, recubriendo la semilla con una capa de mantillo de 3-4 cm de espesor. Se debe tener presente que como el follaje de la cebolla es de poco desarrollo y no cubre bien el suelo, éste queda expuesto a la acción erosiva del agua y del viento. Es recomendable trazar curvas de nivel para proteger el suelo en invierno y garantizar el movimiento adecuado del agua de riego en verano.
Siembra por trasplante.
Éste es el método para producción comercial más usado y para la producción de las plántulas es necesario preparar semilleros o canteros. La edad para el trasplante varía de acuerdo a la altitud sobre el nivel del mar de la región.
Generalmente los semilleros están listos entre 40 a 45 días (ó 50 a 60 días si tuvieron un manejo de desinfección), buen riego (sin exceder humedad) y control sanitario preventivo.
Siembra por bulbillos.
Este método consiste en sembrar cebollas pequeñas o bulbillos de 12 a 15 mm que se obtienen durante la cosecha normal o son producidos mediante semilla, necesitándose 2 kilos para producir una hectárea de bulbillo. Si se siembra mayor densidad de semilla habrá competencia entre plántulas, llegando a no formarse los suficientes bulbillos; mientras que con una densidad menor, se formarán bulbillos de un tamaño mayor al deseado, produciendo bulbos dobles en la siembra definitiva.
Una vez que las plantas hayan formado bulbillos y el follaje se haya secado, se cosechan los bulbillos y se secan en el campo. Las cebollas así obtenidas se siembran en el siguiente ciclo sin atrasar la producción.
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Fuente: www.hortalizas.com