El agua en la agricultura
El agua es indispensable en la producción alimentaria. Su uso en la agricultura representa el mayor volumen de consumo a nivel global. El nexo agua y alimentos ha sido y seguirá siendo primordial en el establecimiento de las sociedades.
En el contexto mexicano el sector agrícola orientado a la producción de alimentos, es heterogéneo en cuanto a su desarrollo ocurre en zonas áridas o húmedas del país, en superficies planas o en laderas, en parcelas tecnificadas o de temporal, en terrenos comunitarios, ejidales o privados pero también en lo que se refiere a su aporte a la producción nacional. Resulta de un proceso histórico de cambios en la política económica y de tenencia de la tierra, al que se suma la diversidad geográfica del territorio.
Estas condiciones enfrentan a la agricultura a retos que se han perpetuado en el tiempo o que han surgido en las últimas décadas, sobre todo en lo que se refiere al uso y la contaminación del agua y el suelo elementos fuertemente vinculados a esta actividad. El impacto de la agricultura en el entorno se da fundamentalmente por los volúmenes de agua que destina al riego, y por la contaminación que genera.
Riego
El reto en este tema es incrementar la productividad es decir, hacer más eficiente la producción por área de terreno respecto a la cantidad de agua utilizada. Esto nos lleva a analizar las prácticas de riego que productores, agricultores y campesinos implementan. Las superficies con sistemas de riego producen 3.6 veces más que las superficies cultivadas por temporal.
Veamos esto más a detalle: en México el uso agrupado agrícola que establece la Conagua, consume el 76 por ciento del total de agua concesionada, por otro lado, la encuesta nacional agropecuaria señala que la superficie agrícola total es mayor a 27 millones de hectáreas, de las cuales en el 81 por ciento casi 22 millones, se siembra en un año agrícola (inicia el 1 de octubre). De esta superficie sembrada el 80 por ciento es de temporal y sólo un 20 por ciento tiene algún sistema de riego. Esta situación coloca al país en la sexta posición a nivel mundial, en cuanto a superficie con sistemas de riego.
Las unidades con sistemas de riego junto con las de temporal tecnificado son el 46 por ciento de la superficie agrícola, pero aportan el 80 por ciento de la producción nacional.
Pero el tema clave respecto al consumo del agua en agricultura no debe avocarse simplemente a incrementar la superficie de riego. De todas las unidades de producción agrícola en México, sólo el 12 por ciento cuentan con sistemas de riego. De estas el 78 por ciento utiliza un sistema rodado o por gravedad. Si bien este sistema es mucho más eficiente que la agricultura de temporal, es el más ineficiente en cuanto a ahorro de agua. En el lado opuesto, los sistemas de goteo y de micro aspersión que son los más eficientes respecto al consumo del agua, son utilizados sólo por el nueve y el cinco por ciento de las unidades de producción.
Creditos: agua.org.mx