A nivel mundial, el riego consume un alto porcentaje de recursos hídricos. Por ello, actualmente se intenta probar los diferentes tipos de riego existentes con la intención de ahorrar agua sin que ello afecte a la siembra.
El riego, constituye diversos procedimientos que permiten la distribución eficiente del agua sobre la superficie del suelo. Actualmente existen distintos tipos de riego que facilitan al agricultor compensar el déficit de precipitaciones y los suministros necesarios para el crecimiento de las plantas.
Riego por surcos
Es un tipo de riego en el que el agua circula por canales y estructuras previamente diseñadas para efectuar el riego de determinadas zonas. En este tipo de riego, las hojas de las plantas o vegetales no entran en contacto directo con el agua.
Ventajas del riego por surco
Es un sistema bastante sencillo que no necesita de instalaciones y que evita enfermedades de las plantas al no entrar estas en contacto directo con el agua.
Por otro lado, este sistema tiene un coste de instalación menor que otros tipos de riego, ya que no se necesitan tantos componentes de precio elevado como otros sistemas de riego por aspersión, por ejemplo tuberías o aspersores.
También cabe destacar que es un tipo de riego que solo actúa sobre las raíces de las plantas, sin mojar el resto de sus partes. Es un sistema ideal para huertos pequeños y terrenos uniformes.
Inconvenientes del riego por surcos
No es un tipo de riego indicado para zonas con colinas o pendientes marcadas, ya que los desniveles dificultan el avance del agua por los surcos.
Es un tipo de riego que necesita de una gran cantidad de agua.
Elevadas pérdidas de agua por evaporación. Este tipo de riego pone más difícil la misión de regular el caudal necesario de agua que llega a las plantas.
Por otro lado, el trabajo del operario o anegador es más complicado, ya que ha de realizarse “in situ”, esto es, el trabajador se debe meter “en el barro”.
Riego por Aspersión
Este tipo de riego consiste en conducir el agua a través de aspersores que humedecen el terreno de forma similar a como lo haría la lluvia.
Actualmente existe una gran variedad en sistemas de riego por aspersión, los hay móviles, fijos y autopropulsados.
Estos, en su mayoría, pueden instalarse en cualquier tipo de topografía, lo que es una importante ventaja. Sin embargo, cabe señalar que en el caso de la aspersión, el viento puede ser un factor limitante.
Se recomienda su instalación en terrenos con vientos menores a 15 km/hr, sobre todo en cultivos frutales y de hortalizas.
Aspersores fijos
Se componen de varias tuberías, las cuales se encuentran bajo la superficie del terreno, y se conectan a boquillas giratorias. Estas boquillas esparcen el agua de forma circular.
La ubicación de este tipo de aspersores puede estar dispuesta de forma cuadrada, rectangular o triangular. Siempre que los radios de aspersión se encuentre y no dejen espacios a los que no llegue el riego.
El tipo de boquilla determinará el tamaño de las gotas. Entre más pequeñas sean, más posibilidades habrá de que el viento desvíe la dirección o se evaporen. Por su parte, si son muy grandes, pueden causar daños en el terreno y sobre las plantas del cultivo.
Para garantizar la eficiencia del riego es importante considerar las características del aspersor en función de: la presión nominal de trabajo, el caudal de las boquillas (litros por hora), el diámetro de alcance, y la precipitación (litros por metro cuadrado).
Entre los más comunes se encuentran los de impacto, los de doble boquilla, y los de media presión. Estos últimos alcanzan presiones nominales de trabajo que oscilan entre 2,5 y 4 atmósferas, permitiendo marcos de hasta de 18 metros con una buena uniformidad de riego.
Aspersores móviles
Constan de un sistema de tuberías subterráneas, conectadas a aspersores que cambian de posición manualmente cada vez que es necesario regar una zona de la parcela. Son apropiados para superficies pequeñas y generalmente se encuentran a baja altura.
Usualmente los aspersores se ubican sobre un carrito móvil que recorre la parcela mientras humedece el suelo.
Riego por goteo
Permite automatizar las instalaciones y puede ser implantado en cualquier tipo de terrenos, incluso en terrenos más rocosos.
Necesita una menor cantidad de agua que el resto de tipos de riego, gracias a las salidas de agua bien estudiadas, según las necesidades del cultivo.
Es un tipo de riego mucho más indicado para zonas arenosas o con pendientes.
Al regar solo en las zonas donde realmente se necesita, combate a proliferación de malas hierbas.
Inconvenientes del riego por goteo
Los canales de riego se pueden atascar y producir obstrucciones en el sistema de riego, que pueden dar lugar a desigualdades en el regadío.
También es probable que los orificios de salida queden taponados y afecte al riego.
Por otra parte, es necesario hacer una inversión inicial elevada, ya que se necesitan emisores, tuberías, un sistema de control que esté automatizado, etc.
Otro de los inconvenientes es que se puede producir una acumulación elevada de sales en las zonas de goteo, sobre todo si no se producen lluvias suficientes como para limpiar el terreno de estas sales.