Celuz AGRO

Pulgón Amarillo

Los adultos miden de 1.5 a 2 mm de largo, son de cuerpo blando y periforme, su color puede ir de amarillo pálido a marrón. Tienen cauda de color café claro, más larga que los sifúnculos y con 4 setas a los lados. El último segmento de sus patas es de color oscuro y presenta manchas oscuras distribuidas aleatoriamente sobre el abdomen. Los adultos pueden ser ápteros o alados según el ambiente y disponibilidad de alimento. Las larvas son de color amarillo pálido a verde grisáceo. Biología El rango óptimo de temperatura para su desarrollo va de 20 a 25 °C, con una duración del ciclo biológico de 7.3 a 5.3 días. Temperaturas superiores a los 35°C bajan poblaciones. Este insecto pasa por 4 estadíos ninfales, presentando hábitos gregarios en su forma áptera. Con sequía y escasez de alimentos las hembras dan origen a generaciones aladas, que migran a zonas libres o de baja infestación.  Pueden reproducirse de forma sexual en su forma alada y asexual en su forma áptera (partenogénesis). El pulgón amarillo puede atacar al cultivo tan pronto como emerge la plántula, pero el daño económico ocurre durante las últimas etapas de crecimiento. La invasión inicia en el envés de hojas inferiores y puede continuar hasta colonizar plantas completas. Al llegar el invierno las formas aladas migran a residuos de cosecha y hospedantes silvestres alternos. La dispersión de adultos alados ocasiona que las plantas de sorgo puedan ser infestadas en etapas tempranas. Hospederos Su alimentación se basa en especies de la familia Poaceae.  Sorgo, avena, caña de azúcar, trigo y cebada son considerados hospederos primarios. Sus hospederos secundarios son arroz, maíz y pastos como zacate Johnson. Daños que causa El pulgón se alimenta de la savia que la planta necesita para crecer, desarrollarse y formar los granos. La pérdida de savia por la alimentación del pulgón en las hojas reduce la absorción de nutrientes que podrían ser utilizados para mantener sana a la planta y el llenado de grano. El estrés en la planta  puede causar que la panoja no emerja, tener un pobre llenado de grano y reducciones en el rendimiento hasta de un 100% Las infestaciones severas de pulgón causan que las hojas se cubran con una sustancia pegajosa y brillante (mielecilla),la cual está compuesta por azúcares de la planta y agua. La mielecilla es soluble en agua y puede ser lavada por la lluvia o por riego de aspersión. Si la mielecilla se deja en la planta, finalmente se seca Sin embargo en la mayoría de l os casos la mielecilla favorece el crecimiento de un hongo llamado fumagina, de color negro que cubre la superficie de la hoja, provocando que las hojas se sequen y se mueran rápidamente, lo cual afecta la formación de los granos de la panoja. Ataca el pulgon amarillo con:

¿Qué es control biológico?

El control biológico es un método de control de plagas, enfermedades y malezas que consiste en utilizar organismos vivos con objeto de controlar las poblaciones de otro organismo. El concepto de control biológico hay que diferenciarlo del control natural, que es el control que sucede en las poblaciones de organismos sin intervención del hombre y que incluye además de enemigos naturales la acción de los factores físicos del medio. Por ello hay que entender el control biológico como un método artificial de control que presenta limitaciones especialmente en cuanto al conocimiento de los organismos afectados, lo que trae consigo una serie de ventajas e inconvenientes en su aplicación, sobre todo si se relaciona con los métodos químicos de control. Entre los inconvenientes más importantes se encuentran: Normalmente su aplicación requiere un planteamiento y manejo más complejo, mayor seguimiento de la aplicación, y es menos rápido y drástico que el control químico. El éxito de su aplicación requiere mayores conocimientos de la biología de los organismos implicados (tanto del agente causante del daño como de sus enemigos naturales). La mayoría de los enemigos naturales suelen actuar sobre una o unas pocas especies, es decir son altamente selectivos. Esto puede resultar una ventaja (como se comentará a continuación) pero en ocasiones supone una desventaja al incrementar la complejidad y los costes derivados de la necesidad de utilizar distintos programas de control. Existen diferentes maneras de enfrentar las adversidades que afectan a nuestros cultivos. El manejo integrado de cada una de ellas es lo que nos permite protegerlos de la mejor manera. Son conocidas las ventajas de modificar las fechas de siembra, rotar los cultivos e utilizar diferentes variedades así como las ventajas generadas al utilizar productos fitosanitarios. Diversificar las herramientas con las que contamos permite generar una protección adecuada y sustentable en el tiempo. Dentro del control biológico de plagas existen tres estrategias principales: El primero consiste en la introducción de un enemigo natural a cierto ambiente, con el fin de que el mismo se establezca y regule la plaga a la cual queremos controlar. Este método generalmente se utiliza en aquellos casos donde la plaga ha colonizado una nueva zona y por lo tanto sus enemigos naturales no se encuentran en la misma. No en todas las áreas puede llevarse a cabo este tipo de control, ya que no siempre la especie que actúa de enemigo natural llega a establecerse. En general se utiliza en ambientes estables como bosques, áreas naturales, cultivos frutales o forestales; donde la vegetación no se modifica constantemente. En segundo lugar, el control biológico por inundación o inoculación, tiene como principal objetivo aumentar exponencialmente la cantidad de enemigos naturales. Puede llevarse a cabo de dos formas diferentes. Por un lado, la liberación por inundación consiste en la liberación de un importante número de individuos donde se encuentre la plaga problema. Este método se asemeja al uso de insecticidas, ya que permite un control rápido y eficaz. Es utilizado en cultivos cortos o anuales como por ejemplo en cultivos bajo invernadero. Por otro lado, la técnica de inoculación consiste en la liberación periódica de un número más reducido de individuos. Esta técnica se utiliza cuando la plaga problema aún no ha llegado a los umbrales críticos. De lo contrario se recomienda utilizar el control biológico por inundación o recurrir a algún insecticida. Por último, el control “conservativo”, como su nombre lo indica, tiene el objetivo de conservar y proteger la población de enemigos naturales ya presentes. Para esto, es necesario, identificar cuáles son los factores que limitan esta población; lo que implica un profundo conocimiento de la biología de la especie. Alguna de las medidas que pueden tomarse son, por ejemplo, la introducción de especies florales productoras de néctar y polen (en el caso que la especie que actúa de enemigo natural se alimente de ellos). Si bien el control biológico es una herramienta que puede resultar eficaz y que permite el control de ciertas plagas en nuestros cultivos, es importante recalcar que ninguno de estos métodos por si solos logrará un perfecto control. Por lo cual, lo conveniente es rotar las diferentes estrategias de control con las cuales contamos, tanto mediante labores culturales, aplicación de productos fitosanitarios o métodos de control biológico, a fin de poder implementar un correcto manejo integrado de plagas. Independientemente de cual sea el método que utilicemos para controlar una plaga, es indispensable contar con la ayuda de un profesional capacitado, matriculado, que nos asesore acerca de la mejor manera para controlar la plaga de una manera eficaz y segura.

La importancia de medir y monitorear la humedad del suelo

La cantidad de agua que utilizan las plantas depende del clima, del contenido de agua en el suelo y la especie cultivada. La determinación y el monitoreo de la humedad del suelo es primordial para resolver problemas vinculados a las necesidades de riego de los cultivos. La programación del riego debe responder a dos preguntas básicas: ¿Cuándo regar? y ¿Cuánto regar?. La respuesta a la primera pregunta es el intervalo de riegos y tiene la finalidad de optimizar la producción, conservar el agua, minimizar impactos ambientales y ahorrar dinero. La segunda respuesta debe estar orientada a igualar los requerimientos de agua del cultivo y realizar los aportes en cantidades suficientes, buscando evitar: pérdidas excesivas por percolación, incrementos en consumo de energía, costos del agua, y el lavado de los fertilizantes de la zona radicular. Cuando estamos regando, no debemos pensar que le estamos dando el agua a las plantas directamente. Lo que ocurre es que cuando regamos, estamos reponiendo el agua en el suelo (en la zona de raíces) para que las plantas la aprovechen a lo largo del período comprendido entre dos riegos consecutivos. Desde este punto de vista, el suelo actúa como un estanque donde se almacena el agua de riego y la que posteriormente será utilizada por la planta para su funcionamiento. El agua almacenada en el suelo y que puede ser utilizada por el cultivo, es la diferencia entre la cantidad de agua almacenada a Capacidad de Campo (CC), que corresponde al contenido de agua almacenado en el suelo después de que han pasado 24 a 48 horas desde que se regó y el Punto de Marchitez Permanente (PMP), o agua almacenada en el suelo de muy difícil utilización por la planta y que le produce daño irreversible. Este contenido de agua útl para la planta se conoce como Humedad Aprovechable. El punto donde se repone el agua es el Umbral de Riego, (UR), el cual puede ser definido como un punto entre CC y PMP, donde repongo el agua antes de llegar a PMP. Medición del agua en el suelo, ¿Cuándo regar? Para optimizar el consumo de agua y conseguir mejores rendimientos, es necesario hacer mediciones de la humedad del suelo en tiempo real. Al contar con la información necesaria se pueden regular las cantidades de agua a aplicar y paralelamente se pueden dosificar insumos agrícolas vía riego, lo que permitirá un ahorro económico. Existen diferentes técnicas para determinar el estado de humedad del suelo basadas en la utilización de sensores de humedad. En función de la manera de indicar el contenido de agua en el suelo hay dos tipos de sensores; los que miden la tensión o succión a la que esta retenida el agua en el suelo, y los que miden el contenido total de humedad en el suelo, expresado en porcentaje volumétrico. Un parámetro  utilizado para determinar el momento de riego es la tensión de la humedad en suelo. Se emplea para programar el riego en sistemas de aspersión, micro irrigación y goteo. El principio teórico en que se basa: la presión capilar del agua en el suelo indica la fuerza que debe ser ejercida para extraerla  del suelo, por tanto esta medición permite la determinación de un déficit de humedad. ¿Entonces para qué sirve medir el contenido de agua en el suelo? Los métodos de medición de agua en el suelo permiten saber si existe agua disponible para la planta. Estos métodos tenen la ventaja de incluir los posibles aportes del agua almacenada en el suelo, como por ejemplo la infuencia de una napa de agua subterránea. En efecto si el suelo está seco es que se está regando poco y si está demasiado húmedo, se está regando en exceso. Para poder medir o apreciar el contenido de agua en el suelo en la zona de raíces se han desarrollado una serie de técnicas y sensores o medidores que permiten hacer esta tarea. Recuerde que si sabemos cómo el cultvo va extrayendo el agua del suelo, podemos programar el riego para mantener un contenido de agua en el suelo, adecuado para el correcto funcionamiento de la planta.

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